Los cachorros son adorables y divertidos… ¡sin duda alguna!
Suelen ser muy juguetones cuando son jóvenes porque tienen más energía que los perros mayores. Y aunque son los mejores aliados para combatir el aburrimiento, algunas conductas como morder o «mordernos» constantemente pueden ser problemáticas. Puede parecer un comportamiento tonto e inofensivo al principio, pero es muy importante abordarlo de manera rápida para que esos pequeños mordiscos no se conviertan en algo más grave.
Según el American Kennel Club (AKC), los cachorros tienen un total de 28 dientes extremadamente afilados. ¡Ay!
Pero por suerte, hay varias formas de enfrentarnos a este comportamiento y así asegurarnos de que nuestro cachorro aprenda que, para jugar y divertirse, debe eliminar cualquier comportamiento que pueda causar daños involuntarios (como morder nuestras manos y pies). Lo primero que debemos recordar es que los cachorros suelen morder para expresar su afecto y sus ganas de jugar. Por ello, cuando esto ocurre, depende de nosotros evitar que se convierta en una costumbre y así garantizar nuestra seguridad, y a largo plazo, la de nuestro perro.
Que los cachorros muerdan en algún momento forma parte de un proceso natural. Al fin y al cabo, los cachorros intentan comprender el nuevo mundo que les rodea. Utilizar la boca es la única forma que conocen de hacerlo, según explica PetMD.
Y como con todo en la vida, les servirá de aprendizaje: cuando muerdan, habrá consecuencias. Por supuesto, no vamos a ser duros con ellos. En sus primeras etapas es normal permitirles que mordisqueen, pero cuando sientas que te ha mordido con más fuerza, haz un ruido fuerte para que sepa que te ha hecho daño. Esto le enseñará a jugar contigo pero sin causarte dolor.
Además, si muerde demasiado fuerte tenemos que dejar de jugar inmediatamente para que asocie el hecho de morder con dejar de jugar. En ocasiones en esto puede provocar excitación, pero debes mantenerte firme. Hazle saber que en el momento que te haga daño el tiempo de juego habrá terminado.
Es muy importante que te asegures de que tu cachorro tiene un sitio en casa solo para él. Su rincón, su cama, su zona de descansar. Si no consigues que se calme, haz que se quede en su sitio durante un tiempo. Es una buena manera de que se relaje y que entienda, una vez más, que si muerde se acaba el tiempo de juego. Darle un juguete que pueda morder es muy útil para liberar energía.
En la mayoría de las ocasiones, seguir interactuando con ellos solo hará que se exciten aún más. Por ello, darles un tiempo de espera hará que se tranquilicen y comprendan poco a poco cómo comportarse.
Los juguetes para morder son una forma estupenda de animar a un cachorro a utilizar sus instintos naturales sin dañar a nadie. Cuando tu perro comience a morderte puedes tratar de desviar su atención hacia un juguete de este tipo.
Los juguetes para masticar también ayudan a liberar energía y proporcionar estimulación mental cuando esté más hiperactivo. Anímate a jugar con él al tira y afloja, por ejemplo. De este modo aprenderá que puede utilizar sus dientes pero no contra ti, otras otras personas o animales.
Y algo muy útil es recompensar su buen comportamiento con chuches o premios.
Aunque a veces resulte difícil decir que no a nuestro cachorro o dejar de jugar con él, será la manera de enseñarle la manera más saludable de relacionarse con los demás. Premiarle cuando deje de hacerlo ayudará a que mejore ya que los refuerzos positivos crean un entorno de aprendizaje sano.
Como suele ocurrir con la educación de los perros, nada se consigue sin constancia. A medida que nuestro cachorro crezca sabrá reconocer mejor tus señales hacia sus acciones y se establecerá un vínculo muy fuerte entre vosotros. Y en poco tiempo, ¡los mordiscos serán cosa del pasado!.